Algunas personas nacen con alteraciones en su sistema linfático, lo que se denomina linfedema primario. Este puede manifestarse de manera congénita (al nacimiento), precoz (entre los 2 y 35 años) o tardío (después de los 35 años). Sin embargo, en el 95% de los casos, el linfedema ocurre de forma secundaria. En este caso, la afección al sistema linfático puede surgir debido a diversas razones. Comprender estas razones es clave para prevenir y/o manejar de mejor manera los signos y síntomas del linfedema y evitar su progresión.
A continuación, te cuento algunas razones por la que se puede producir un linfedema secundario:
Tratamientos asociados a cáncer: Muchas veces las personas que han tenido cáncer deben someterse a cirugía de resección del tumor, pero además deben realizarse una linfadenectomía, que es la extirpación de linfonodos (o ganglios) en la zona cercana al tumor. Por ejemplo, en personas que han tenido cáncer de mama, pueden explorar la zona de la axila y sacar ya sea 1 o varios ganglios en esa zona para observar si las células cancerígenas migraron a otras partes del cuerpo. Esto sumado a otras terapias como la radioterapia y en menor medida la quimioterapia, pueden afectar el flujo linfático y desencadenar un linfedema.
Lesiones traumáticas: Pueden desencadenar un linfedema si esta lesión incluye un daño en el sistema linfático. Ejemplo de esto son las fracturas graves como las expuestas o con lesiones severas en los tejidos, quemaduras extensas, cirugías complejas como recambio de cadera, entre otras.
Lesiones cutáneas: Pueden ser por picaduras de insectos venenosos o portadores de enfermedades y/o mordeduras de animales, particularmente si son profundas. Ahora en temporada de verano, hay que tener especial cuidado con la mordedura de la araña de rincón, que en casos graves puede provocar necrosis y vasculitis en la zona, desencadenando un linfedema secundario.
Insuficiencia venosa: Aunque en sí misma la insuficiencia venosa crónica no causa linfedema, un mal manejo de esta condición va a generar una acumulación crónica de sangre y fluidos en las extremidades y con ello aumentar la presión sobre los vasos linfáticos, comprometiendo así el sistema linfático, aumentando el riesgo de desarrollar un linfedema.
Acá te dejo algunas medidas sencillas de prevención, que disminuirán el riesgo de tener linfedema secundario:
Movimiento y ejercicio: Mantenerse activo favorece la circulación venosa y linfática. Incorpora caminatas, natación, incluso puedes realizar ejercicios de fuerza, con la autorización y prescripción de tu tratante. La idea de que no había que entrenar con pesos hoy en día está obsoleta. Un entrenamiento de fuerza controlado y personalizado te ayudará a mantener tus músculos en condiciones óptimas para soportar las cargas del día a día y generar una ayuda al sistema linfático.
Cuidado de la piel: Es fundamental que evites cortes, quemaduras y lesiones que puedan aumentar el riesgo de infecciones en la piel. Mantén hidratada y humectada tu piel de forma regular para mantenerla saludable.
Mantén un peso adecuado: El exceso de grasa genera una inflamación sistémica, además de sobrecargar el sistema linfático. Si ya tienes una causa de tener linfedema secundario, el peso elevado asociado a grasa predispone a aumentar el riesgo de generarlo. Intenta controlar la ingesta de productos altos en grasas saturadas, evita las frituras y realiza ejercicio de forma regular. Si tienes dudas de tu composición corporal, puedes acudir a un nutricionista para que te evalúe. Muchas veces no notarás la baja de peso en la báscula. ¡No te desesperes! Puedes estar disminuyendo tu grasa corporal y aumentando tu masa muscular lo cual es beneficioso para tu salud.
Uso de compresión: Las prendas de compresión son un apoyo para el sistema venoso y linfático. Utilizarlas al realizar ejercicio, viajes en avión, durante el trabajo pesado, evitará la acumulación de linfa durante estas actividades. En Casa Salvador tenemos una amplia gama de productos para apoyar en la prevención y tratamiento del linfedema. ¡No dudes en contactarnos!
Conocer acerca de las causas del linfedema secundario te mantendrá atento ante cualquier signo o síntoma. Finalmente quisiera recalcar que la prevención es fundamental para evitar la progresión del linfedema. Recuerda que si tienes dudas si estás desarrollando un linfedema debes acudir de manera temprana a tu médico o terapeuta para que te evalúen y prescriban un tratamiento adecuado.
¡En Casa Salvador te acompañamos y guiamos!
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