LINFEDEMA
CUIDAR TU BIENESTAR EMOCIONAL
El tratamiento del linfedema cambiará tu rutina. Ya sea que tengas que aprender a usar una manga o una venda de compresión en el brazo, o tengas que ver al especialista todos los días durante varias semanas, descubrirás que el linfedema puede alterar tu vida. Es normal que te sientas enojado(a), frustrado(a) o simplemente decepcionado(a) porque tienes que lidiar con una afección nueva después de pasar por todo lo que ya pasaste. Si el brazo o la mano se te hinchan visiblemente, es posible que tus amigos, colegas e incluso desconocidos te hagan preguntas al respecto.
Quizás te resulte útil ponerte en contacto con otras personas a las que les hayan diagnosticado linfedema, para obtener apoyo emocional e intercambiar ideas. Sin embargo, cuando hables con otras personas, recuerda que la situación de cada uno es única y que algunos de los consejos que tengan quizás no se apliquen a tu caso.
Este es un proceso que puede ser muy agotador tanto física como emocionalmente. Es muy importante mantener una actitud positiva, pero también reconocer que es un proceso difícil y que necesitas apoyo para poder manejar todas las emociones negativas.
Te recomendamos buscar el apoyo de un psicólogo especializado en el trabajo con pacientes de linfedema; podrá ayudarte a manejar este proceso y evitar que el desgaste emocional te agote. Muchas veces los pacientes abandonan una terapia exitosa por la dificultad de adaptarse a este proceso, perdiendo la posibilidad de obtener un tratamiento que le permita mejorar su calidad de vida y arriesgándose a que el linfedema se agrave.
Otra manera de adaptarse de mejor manera a este nuevo estilo de vida es compartir con personas que están viviendo el mismo proceso que tú.
¡La mejor manera de promover el buen funcionamiento de tu sistema linfático es mantener un buen ánimo!